lunes, 2 de febrero de 2015

EL CIRCO SOCIAL




El Ateneu Popular de 9Barris, era una planta asfáltica ocupada por los vecinos a finales de los años 70. Actualmente es un equipamiento sociocultural gestionado de manera participativa por una asociación sin ánimo de lucro que se llama Bidó de 9Barris. Su principal herramienta educativa, y de dinamización comunitaria es el circo, sin embargo, en el Ateneu siempre ha habido más que circo; La formación en otras disciplinas artísticas se ha ido impartiendo con mayor o menor intensidad, dirigida no sólo a artistas profesionales sino también al tejido social conformado por grupos y usuarios de distinto índole… El Ateneu Popular 9 Barris es una verdadera ‘escuela de participación’. Es decir un espacio de convivencia y de trabajo horizontal.

El circo ofrece la posibilidad para jóvenes de origen extranjero, colectivos con dificultades añadidas, riesgo de marginación, fracaso escolar, etc. de encontrar una plataforma más allá de las barreras habituales. Permite elevar la autoestima de estos jóvenes, proyectarse, mover y remodelar las jerarquías sociales que los rodean.

En el circo se puede mejorar y desarrollar las facultades relacionadas con la representación; la habilidad, la psicomotricidad; la creatividad y la fantasía; la cooperación y la comunicación. El punto fuerte de este tipo de propuesta reside en los retos artísticos, en los que chicos y chicas están en pie de igualdad. Reaccionan entre ellos a la hora de cooperar y ayudarse, y tienen que interaccionar para llevar a buen puerto el espectáculo. Se centra sobre todo en el proceso creativo. En generar espacio comunes de dialogo y de construcción colectiva para la transformación del individuo y por la transformación del entrono a partir de su implicación en la mejora de la sociedad a partir de los valores y conocimientos adquiridos.

El trabajo formativo en equipo refuerza la empatía y la cooperación en el seno del grupo, a la vez que muestra a los participantes que a través del trabajo en equipo se puede crear más y mejor que mediante una sucesión de actividades individuales.

Es en las calles y plazas del barrio donde los niños y los adolescentes tienen sus primeras prácticas sociales. La visión que los niños y los jóvenes tengan de su entorno guiará su forma de comportarse y de relacionarse con este entorno. Por lo tanto el espacio público se convierte en un ámbito importantísimo para fomentar la convivencia de la comunidad. Así, es un trabajo educativo y de transformación social a través del arte que provoca que el espacio público se convierta en un lugar de inclusión, de respeto, de diálogo y de visualización social de sus participantes como miembros de la comunidad. El circo social ocupa el espacio público e invita a conocer este arte a las personas que utilizan el espacio de manera habitual y los que sólo lo hacen de paso provocando que estos espacios estigmatizados o degenerados se conviertan en espacios de creación y gozo artístico comunitario.

Adjuntamos a continuación un vídeo de este Circo Social: 

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